Qué hay más allá de los actos. Vida actual.

Bueno, como ya hemos dicho, la autonomía consiste en seguir tus propias reglas, pero siempre pensando en los demás. Una persona autónoma jamás hará daño a alguien, siempre que pueda evitarlo, y buscará la justicia para todos.

Hoy en día, es difícil encontrar a gente con este sentido de concebir la vida. Estamos en una sociedad consumista y egoista, en la que lo importante es uno mismo. Si para triunfar hace falta pisar a quince personas, se las pisa. Pongamos el caso de un oficinista cualquiera. Horario duro, se mata a trabajar y apenas logra destacar. ¿Qué es lo fácil para sobrepasar a los demás? Hacerles la vida imposible, llevarse su mérito, ponerlos en evidencia... cualquier cosa vale. En cambio, alguien autónomo llegará por sus propios métodos, su esfuerzo y su constancia.

Pero eso, lamentablemente, a día de hoy no sirve para llegar lejos. Se han perdido valores, la educación decae, y además es como si cada vez nos gustara más acusarnos entre nosotros. En casa no se recibe la educación adecuada, sino que se delega esa función al colegio, donde no son capaces de controlar a los niños. Y acaban siendo personas influenciables, que siguen lo primero que se les dice si con ello se benefician.

Sabemos qué está bien y qué está mal. O en teoría. Porque a la hora de la verdad, ¿quien está dispuesto a poner la mano en el fuego por alguien? ¿Quién se atreve a llevar la contraria al grupo cuando opina que están actuando mal? Seamos sinceros: mucho te tiene que importar alguien o algo para que hagas una cosa así. Sólo unos pocos serían capaces de, como dice el refrán, hacer bien sin mirar a quién. Y es ahí donde encontramos de verdad a alguien autónomo.

Confiamos en que seréis capaces de ser sinceros, al menos con vosotros mismos, así que ahora te preguntamos: ¿eres autónomo? ¿O criticas a los heterónomos, cuando aún lo eres tú mismo?

Saludos desde el árbol que da sombra.